El edificio donde sesiona hasta ahora la Legislatura Provincial, está enclavado en un solar cargado de historia. En su origen, hace más de tres siglos, constituía el ancho espacio que, al instalarse aquí la ciudad de San Miguel de Tucumán (1685), el Cabildo adjudicó a la Orden Mercedaria.
Los frailes edificaron su convento sobre lo que es hoy la calle Rivadavia primera cuadra y, hacia el sur, levantaron la primitiva iglesia. Ante su altar rezaron las tropas de Manuel Belgrano en 1812, y veneraron aquella imagen que el vencedor de Campo de las Carreras instituyó "generala", entregándole su bastón.
La incautación
Pasaron los años. En la década de 1820, la reforma religiosa de Bernardino Rivadavia afectó seriamente a la Orden Mercedaria: confiscó sus bienes y le prohibió admitir novicios. Eso determinó que los frailes de Tucumán se alejasen o que fueran muriendo. Al fin, sólo quedó en el convento el nonagenario fray Juan Felipe Reto, tucumano.
Cuando Reto falleció, en 1845, el Provincial de Córdoba pidió autorización al gobernador Celedonio Gutiérrez para enviar religiosos que lo reemplazaran. Gutiérrez no sólo guardó silencio. Hizo aprobar tres años después (28 de julio de 1848), una ley que declaraba propiedad del Estado los bienes mercedarios, y lo facultaba para instalar una escuela en los claustros.
El Colegio San Miguel
Seis años más tarde, en 1854, el Gobierno de Tucumán resolvió crear el Colegio "San Miguel" y ubicarlo en el ex convento. Para tal finalidad, prácticamente fue demolido el recinto anterior: en esa época, un viajero apreció allí un ambiente de reciente construcción, "bello y cómodo", para colegio.
Con interrupciones por la informalidad de sus sucesivos directores, el establecimiento funcionó hasta 1857, año en que cerró. Pero en 1858, el sabio francés Amadeo Jacques fue autorizado a hacerse cargo del San Miguel y de la escuela primaria anexa. Las clases se desarrollaron normalmente hasta que las turbulencias de 1861 -derivadas de la lucha entre la Confederación y el Estado de Buenos Aires- convirtieron en cuartel militar el colegio. En setiembre de 1862, Jacques renunció para marcharse a Buenos Aires.
El Colegio Nacional
Por decreto del 9 de diciembre de 1864, el presidente Bartolomé Mitre creó el Colegio Nacional de Tucumán. Este abrió sus puertas el 1 de marzo del año siguiente, en el local del antiguo San Miguel. Hubo que practicarle -evoca la "Memoria" ministerial de 1873- costosos arreglos y agregados.
Gracias a ellos llegó a tener, en 1869, "catorce piezas en tres cuerpos de edificios con galerías", con un patio abierto sobre el lado sur. En 1870, se edificó otro cuerpo al sur, con cuatro piezas y galería, con lo que quedó cerrado el patio, "de 50 varas de largo por 40 de ancho" y dotado de un aljibe al centro. Luego se construyó un local para gabinete de Física y Química con su respectivo anfiteatro y dos salones para el Departamento Agronómico, con lo que quedó formado "otro patio en la parte norte".
La planta alta
Y como el espacio seguía insuficiente, en 1872, se erigió "otro edificio de altos", con frente sobre la calle Rivadavia, de "40 varas de frente por 27 de fondo".
En ese local vendría a alojarse décadas más tarde la Legislatura Provincial. Hasta entonces, deambulaba por casas alquiladas. Instituida en 1822 con sede en el viejo Cabildo, en 1891 sesionaba en el antiguo local de la Municipalidad, en la actual esquina San Martín y Maipú. Se sabe que ese año pasó a otro, en la hoy San Martín primera cuadra, y luego a la ochava noreste de 25 de Mayo y Mendoza.
El nuevo emplazamiento fue resuelto en 1906. Al año siguiente, el gobernador Luis F. Nougués pidió y obtuvo 20.000 pesos para arreglar los Tribunales y la nueva sede legislativa. Expresó que esta última requería, "para su terminación, pequeñas obras destinadas a independizar el cuerpo de edificio que está destinado a las HH. Cámaras en el Colegio Nacional, y dotarlo de los correspondientes servicios sanitarios". Esto además de adquirir el mobiliario, por ser insuficiente el que poseía.
Bancas históricas
En algún momento de esta etapa, se obtuvo que el Congreso Nacional, como se trasladaba en 1906 al suntuoso palacio que posee hoy, entregase a nuestra Legislatura las bancas históricas de su primitiva sede de calle Balcarce, frente a la Plaza de Mayo. Son las que hasta ahora utilizan los legisladores tucumanos: en ellas se sentaron Avellaneda, Sarmiento, Mitre y muchos otros de los argentinos fundadores.
Al iniciarse el período de 1908, ya estaban instaladas las dos Cámaras -Diputados y Senadores- en Rivadavia 25.
En cuanto al vecino, el Colegio Nacional abandonó parcialmente su local, por el mal estado que exhibía, en 1903. Alquiló una casa en Laprida primera cuadra hasta 1907, año en que se ubicó en dos grandes viviendas alquiladas, en Maipú quinta cuadra: en 1910 sumó una tercera, a pocos metros. Recién en 1914 podría estrenar su edificio nuevo, frente a plaza Urquiza.
La Escuela Sarmiento
Mientras tanto, desde 1912 las instalaciones de calle Rivadavia estaban ocupadas por la Escuela Provincial Sarmiento, fundada en 1904 como Escuela de Ayudantes. Pasaría luego a la jurisdicción de la Universidad, con la denominación final de Escuela y Liceo Vocacional Sarmiento.
Fundada la Universidad de Tucumán por ley de 1912, cuando se la nacionalizó en 1921, pasaron a la órbita federal todos sus inmuebles, Escuela Sarmiento incluida.
El convenio respectivo recién se aprobó en 1935, por ley 1566. El artículo 5 autorizaba al Ejecutivo Provincial a "transferir a la Nación con igual destino, cuando lo considere conveniente, la fracción del inmueble de calle Rivadavia 25, actualmente ocupada por la Honorable Legislatura". Al parecer, 76 años después, lo ha considerado conveniente.